El periodismo satírico de Gustavo Adolfo Becquer
En España –debido a nuestro pasado religioso, la Santa Inquisición, la losa del franquismo y los cangrejos que pueblan las instituciones del Estado-, se ha ido archivando nuestra historia siguiendo el modelo de restauración del Ecce Homo de Borja (Zaragoza)

“Dichas viñetas”, ácido testimonio de la burla y sarcasmo de los
hermanos Bécquer, así como de su espíritu “antimonárquico y
anticlerical”, demuestran que el SEM estaba muy adelantado a su época y
que, por aquel entonces en España había mucha más libertad de expresión
que ahora. Habría que esperar más de un siglo para que surgiesen,
concretamente en Francia y España, semanarios satíricos como Charlie
Ebdo y El Jueves, que no llegan ni a los talones (en atrevimiento y
crítica a los poderes fácticos) a las chocantes caricaturas de los
integrantes de “SEMEN”.
Para que las acuarelas de los Bécquer y del SEM no quedasen
enterradas en los mohosos baúles de
los guardianes de la ortodoxia y la
castidad, “algunos aventureros” han ido publicando, a lo largo del siglo
XXI, su obra crítica. Es de destacar el trabajo de Ediciones Olifante
Ibérico: “Los Borbones en pelota” (2014), de cuidada elaboración. (No se
dice Los Borbones “en pelotas”, se dice en “pelota”, término que alude a
la prenda interior que se usaba en los siglos XVI y XVII).
Con estas líneas no pretendo restar importancia al inmortal y
universal Gustavo Adolfo Bécquer, a quien admiré profundamente en mi
juventud y todavía lo sigo haciendo. Sólo quiero recalcar que no era un
angelito, como se nos intenta hacer creer, y que los seres humanos no
estamos hechos de un bloque monolítico, cual estatuas de la Isla de
Pascua, sino que somos más complejos, y que en muchos de nosotros y
nosotras se “manifiesta, a lo largo de las mutaciones de la vida, una
personalidad múltiple”.
En España –debido a nuestro pasado religioso, la Santa Inquisición,
la losa del franquismo y los cangrejos que pueblan las instituciones del
Estado-, se ha ido archivando nuestra historia siguiendo el modelo de
restauración del Ecce Homo de Borja (Zaragoza), lo que reporta pingues
beneficios. Aconsejo a los que quieran saber algo sobre nuestro país,
que lean a los hispanistas extranjeros. Es un ejercicio sanísimo.
En su ensayo Las Tres Caras de Clío, el filósofo alemán F. Nietzsche nos habla de tres tipos de Historia:
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- -1-. La Historia Fenomenal: Es aquella que se basa en hechos gloriosos, en las gestas de los héroes y los reyes. Es la historia oficial que se hace desde arriba, es impuesta por las clases dominantes y muy pocas veces recoge el sentir del pueblo, que queda reducido a una masa que sólo es importante a la hora de recaudar impuestos y reclutar soldados en tiempos de guerra.
- - 2-. La Historia Anticuaria: Es aquella que se deleita exagerando los logros del pasado y muestra un excesivo apego a las verdades indiscutibles. Asimismo rebosa fascinación por los restos arqueológicos y los museos. Esto último ha fomentado la euforia del consumismo y la plaga del turismo enfermizo. Sin los ingresos de este último rubro, la economía española –basada en la especulación-comisión-campanazo-, se vendría abajo como un castillo de naipes.
- - 3-. La Historia Crítica: Es la más revolucionaria y necesaria de todas. Es aquella que trata de ajustar cuentas con el pasado y poner cada cosa en su lugar. Defiende la enseñanza de nuevos valores y tiene en cuenta la opinión no oficial de los ciudadanos. Ahora la practica un grupo de exiliados intelectuales que no tiene cabida en el mercantilismo académico.
Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Beneventano para
aconsejaros leer un libro este verano: “Cómo manejar a tus esclavos” de
Jerry Toner. (Ed. La esfera de los libros, 2016), que trata de la vida
de un romano de noble cuna, Marco Sidonio Falco (el último apellido
significa Garra). El autor subraya al comienzo de la obra: “Los romanos
ricos consideraban que los esclavos eran necesarios para vivir con
dignidad”.
Fuente: El Salmon Contracorriente
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