Entrevista realizada por Sofía Pérez Mendoza a Joan Garcés para eldiario.es
“Ningún gobierno desde 1939 se ha atrevido a consultar al pueblo español si quiere monarquía o república, por algo será”
“Lo que pudo ser y no fue, nadie lo sabe”, dice el doctor en Ciencias
Políticas Joan Garcés (Llíria, Valencia, 1944). El también abogado,
autor de varias publicaciones, entre ellas Soberanos e intervenidos (1996), se refiere a la revelación del off the record
de Adolfo Suárez a Victoria Prego sobre el referéndum para que el
pueblo español eligiera entre monarquía y república. Nunca sucedió y,
ahora, 21 años después, unas declaraciones inéditas lo han revelado.
¿Estas declaraciones cuestionan la altura democrática con la que se vendió la Transición?
El hecho de que una entrevista a Suárez hecha en el 1995 se haga
pública 20 años después demuestra hasta qué punto aspectos esenciales
del cambio del franquismo al pluripartidismo se hicieron a través de
operaciones no reveladas en su tiempo. Hay que entender que ese cambio
de régimen fue preparado con mucha antelación por quienes dentro y fuera
de España –en lo fundamental, la coalición dirigida por EEUU y sus
aliados de Europa en la Guerra Fría– lo sostenían, y obviamente, no
mostraron sus cartas.
La periodista Victoria Prego valora que el referéndum era entonces “una hipótesis completamente imposible”. ¿Existía margen para que el rey no siguiera siendo rey?
Lo que pudo ser y no fue, nadie lo sabe. Lo cierto es que entre la
muerte de Franco y las primeras elecciones, algunos dirigentes y
organizaciones, como el PSOE, enarbolaron banderas para atraer votos que
luego llevaron a puertos diferentes a los que anunciaban.
El sentimiento republicano de la gran mayoría de los demócratas
españoles era un caudal de votos. Muchos partidos se presentaron a los
elecciones como republicanos, pero sus dirigentes estaban secretamente
comprometidos a aceptar la monarquía. En cambio, a los partidos
republicanos cuyos dirigentes no habían hecho ese trato no se les
legalizó a tiempo para presentar candidaturas en las primeras elecciones
desde 1939. La misma operación la hicieron años después con la OTAN.
Pedro Cuartango, director de El Mundo, resta importancia a lo
que decía Suárez aduciendo que ya no estaba en plenas facultades
mentales.
Lo que dice Adolfo Suárez está plenamente corroborado por los hechos.
Que había encuestas antes de que muriera Franco y después es evidente.
Algunas de ellas están publicadas y otras serían de acceso reservado a
quienes las encargaban. Entre el año 1975 y 1977 había mayoría de
opciones electorales republicanas, y eso está corroborado por el hecho
de que Adolfo Suárez no permitió legalizar a esos partidos a tiempo,
como la Izquierda Republicana. Solo se legalizaron cuando se había
asegurado que todo el espacio electoral había sido ocupado por los
partidos que pactaron asumir o aceptar al jefe del Estado designado por
Franco.
¿Conocer esto ahora es una estocada más al cuestionamiento de la Transición que explota con el 15-M?
A mí me sorprende que esa entrevista publicada ahora haya despertado
este debate porque lo que dice Suárez no es nada nuevo para cualquiera
que haya vivido esa época o que la haya estudiado. Si ha despertado
debate es porque hay una sensibilidad social y política hacia esos
temas, lo cual es positivo. Significa que la sociedad no está dormida.
¿Qué implicaciones puede tener en el presente?
Cualquiera que conozca la historia contemporánea de España sabe que
desde el siglo XIX hasta hoy el debate en torno a la forma republicana
de gobierno ha estado siempre presente. Cuando las dictaduras fascistas
en Europa llegaron a su fin, como en Italia o en Grecia, el electorado
pudo elegir entre monarquía o república, entre democracia con corona o
sin corona. Esa elección al pueblo español se le ha hurtado hasta la
fecha pero obviamente el tema está ahí.
¿Esta revelación puede servir para empujar el debate monarquía/república?
Tanto en el siglo XIX como en el XX la alternativa republicana era
vista como una respuesta democrática a las crisis de los regímenes de la
monarquía isabelina, que fue desterrada de España en 1868, o a la
monarquía alfonsina, que abrió las puertas a la dictadura del general
Primo de Rivera. Hablar de república en España hoy en día implica tener
que darle un contenido de una alternativa en cuanto a soberanía
nacional, soberanía popular frente a la negación de estas por los
sectores que controlan el sistema.
¿Y ahonda la crisis de credibilidad del rey Juan Carlos y la imagen de Felipe VI?
La dictadura que se estableció en España a partir del 39 hablaba de
una ilegitimidad de origen y de una legitimidad de ejercicio. La
monarquía actual tiene un origen ilegítimo, no se puede negar, porque
fue creada a partir de la dictadura franquista por franquistas, y el
debate está en otro terreno, en la legitimidad de ejercicio. Es el tema
de hoy y de mañana.
Para responder si existe o no esa legitimidad de ejercicio, no se
puede mirar solo a la persona del jefe del Estado sino al conjunto del
sistema político del cual él es parte. En la medida en que es el
conjunto del sistema político el que entra en crisis, lo más probable es
que la institución monárquica no pueda desligarse de la suerte del
sistema. También hay que pensar que ningún Gobierno desde 1939 se ha
atrevido a consultar al pueblo español a que responda a si quiere
monarquía o república. Por algo sera.
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