Las víctimas del franquismo tienen la última palabra



La palabra "justicia" debería ser otorgada en su contexto más amplio, que no es otro que el aplicar la misma, no interpretarla, de esta forma las víctimas del mayor terrorismo de Estado que ha padecido Gran Canaria, las islas en general de Canarias y resto de España, tendrían de ésta, su máximo grado y hace tiempo.

Injusticia es, que después de 80 años de torturas, violaciones, vejaciones, asesinatos y crímenes en general, por parte de los fascistas españolistas, ahora vengan los nuevos supuestos progresistas a decir lo mismo que los genocidas, que no se deben recuperar los represaliados canarios. Este concepto, es inadmisible, antidemocrático y denunciable cuando se trate de un servidor público, ya que las leyes estatales amparan a las víctimas del franquismo a la hora de recuperar a sus seres queridos, como es el caso de los de San Lorenzo, inhumados en el cementerio de la Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria.

No se debe pensar de la misma forma que los que generaron un golpe de Estado en España el 17 de julio de 1936, provocando su deseada guerra civil declarada a los cuatro días del comienzo del genocidio de falange española y los seguidores de Franco, ya que tenían previsto de antemano el genocidio y la guerra, contando con sus amigos asesinos de Alemania (nazis), y fascistas italianos, con el armamento más sofisticado del momento y hombres.

Pensar que una exhumación contiene "muchos huesos que sacar, y es muy cansina semejante tarea", tal y como se pretende dar a entender por parte de alguno/s, demuestra un nivel más crítico o indeseable si cabe, por la falta de respeto hacia las victimas vivas y represaliadas a pie de fosa.

Son muchos los que han querido malversar fondos públicos con la colocación de monolitos, antes de llevar adelante las exhumaciones de los represaliados, porque estas últimas no daban ganancia alguna, y todos fueron destituidos hace tiempo, tal y como ocurrió en el 2009 con el responsable del programa Amarga Memoria JAIME V. R. del PSOE, y tantos otros en muchos lugares más y partidos distintos, sobre todo los provenientes del comunismo, donde siguen anteponiendo piedras encima de las fosas comunes a las exhumaciones, es una obsesión maléfica el pretender tapar los crímenes del franquismo con estas acciones lo que tienen algunos.

El informe entregado hace ya tres meses al concejal D. Sergio Millares del Ayuntamiento de las Palmas de gran Canaria, y que sigue sin pronunciarse, es muy claro, se puede y se debe intentar exhumar a los represaliados de San Lorenzo, porque es de justicia social, porque es una deuda que tiene la sociedad con las víctimas del franquismo. Acaso a las otras víctimas del terrorismo vasco no se las resarció entregando los fallecidos a sus familias?, Sí, y acaso no ha sido la Administración quien ha cuidado de la familia en general y procurar una inhumación digna?, sí de nuevo. Los asesinados en marzo de 1937 por terroristas armados, tienen los mismos derechos que cualquier otra víctima que padezca crimen, venga de las manos que quien provenga, porque en caso contrario, estaremos ante dos justicias paralelas y chocantes en una democracia supuestamente avanzada.

No debe haber más excusas vanas.

Si alguien quiere poner un monolito encima de cualquier fosa sea común o individualizada, que lo haga tras las exhumaciones, aunque en el caso de la Vegueta debería realizarse un estudio arquitectónico y geológico con antelación sobre la posibilidad de colocar sobrepesos en los interiores de los cuarteles 5 y 6 del cementerio de la Vegueta, por la peligrosidad que ello conlleva.

Salvo excepciones, ningún profesional podrá asegurar lo que se va a hallar en el interior de la tierra, porque hasta que no se abra ésta, es imposible saber lo que puede albergar o no contener en su interior, pero para eso están los arqueólogos, y para investigar los documentalistas especializados, que revisan cada documento existente y posible, y entrevista a testigos y testimonios, acude a los archivos militares, provinciales, locales, obispados, etc. Y con todo ello se aclaran las conclusiones definitivas entre varios profesionales distintos. Se han dado casos en cementerios, donde los represaliados buscados, no se hallaban en el lugar en concreto que se pensaba, o que en la parte superior de estos, aparecen cientos de restos óseos que no corresponden a los buscados, es algo muy normal (ver los casos últimos acaecidos en Guadalajara, Málaga, Cádiz, etc.), pero eso no implica nada, se vuelve a excavar con todo el respeto hasta hallar los restos deseados si aparecen, aunque haya que remover los 2.205 restos mortales que hay en la parcela nº 6 en 28 fosas comunes en disposición distinta de inhumaciones a partir de 1937 y las nuevas a partir de 1942.

Los represaliados de San Lorenzo, el que fue alcalde de ese municipio, Juan Santana Vega y Francisco González, sindicalista, han sido investigados y ubicados en la fosa nº 2 del cuartel nº 6, la cuya fosa común contiene 122 restos mortales según los documentos investigados, siendo ellos de los primeros inhumados en la misma.

No hay ninguna duda, no existen malas intenciones, ni venganzas ni represalias contra nadie, tan sólo se pretende recuperar a los represaliados que su familia pide, y que con la Ley en una mano que les da todo el derecho, y el amor que siente por su familiar hasta de ahora desaparecido en la otra, piden una y otra vez justicia y exhumación de los suyos.

Con la exhumación siempre respetuosa, se extraerían los restos óseos que se hallasen por encima de los represaliados, para ello tenemos médicos forenses, antropólogos forenses, genetistas físicos y otros profesionales que se dedican a estas labores. Los restos óseos se irían introduciendo en cajas preparadas para tal efecto, colocados en su orden de extracción, numeradas las cajas en el exterior e interior, y devueltos a su lugar de origen una vez acabados los trabajos, si ese fuese el deseo del Ayuntamiento. Cabe la posibilidad, que las inhumaciones del 37 no coincidan con las generadas a partir del 42, pero es algo nada preocupante, ya que si el trabajo en principio es extraer 122 restos, y hubiese que excavar a un lado u otro según la disposición de las fosa, se llevaría a cabo de igual forma, en vez de tardar un mes en realizar los trabajos, se completarían con tres meses o lo que fuere necesario, ya que ni el tiempo, ni las prisas son apreciables en este tipo funciones profesionalmente hablando, todo ello sin alterar lo más mínimo la vida diaria que registra el cementerio de la Vegueta de la palmas de Gran Canaria.

Fuente: eldiario.es

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