El impulso de nueve ciudades a las querellas contra las atrocidades de
la dictadura confirma la inutilidad de los esfuerzos del Estado por
ignorarlas o condenarlas al olvido. Porque la memoria no puede ni debe
prescribir.

Si hace apenas unos días los
jueces recordaban a la Fiscalía General del Estado que no es competente
para decidir sobre la toma de declaración de los querellantes en el
procedimiento abierto por la magistrada argentina Servini, dejando en
evidencia la pretensión del Ministerio Público de evitarlas a través de
una instrucción de obligado cumplimiento -enviada a los fiscales en la
línea del ideario del PP-, los nueve ayuntamientos reunidos hoy en la
capital navarra van a proclamar que la promoción de las querellas no se
basa en un afán de revancha, sino en “la exigencia humana de verdad,
justicia y reparación”.
Un trato pendiente por ejemplo para las 306
personas asesinadas y las 1.014 presas por el cruel régimen franquista
en Pamplona-Iruña, de acuerdo el informe pericial de la UPNA que
cimentará las acciones judiciales del consistorio en demanda de la
asunción de responsabilidades por los dirigentes de la dictadura y,
subsidiariamente, por el Estado español. Una iniciativa más que
pertinente porque, incluso más de cuarenta años después de otros tantos
de infausto franquismo, el Gobierno de Rajoy va a continuar ignorando
aquellas dramáticas injusticias -que el PP como mínimo disculpa
deslegitimando la República-, como si la memoria pudiera prescribir y
las víctimas del totalitarismo falangista hubieran merecido el inmenso
daño padecido.
Fuente: noticiasdenavarra.com
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