El
establishment del Estado español estaría formado por las élites
financiera-empresarial, polític a,militar, jerarquía
católica, universitaria y mass media del Estado español, herederos
naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las
esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro
“Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el
ex-banquero Manuel Puerto Ducet), e iniciado asimismo una deriva
totalitaria que habría convertido a la seudodemocracia española en rehén
del establishment y que tendría como objetivo último la implementación
del “Estado Tardofranquista”.
La “perfección negativa” del Estado español
Tras
el Tejerazo del 1.981, en el que los líderes políticos confinados en el
Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se
declaraban intocables el status quo (establishment) asociado al sistema
monárquico (Juancarlismo) , al sistema político bipartidista (
implantación de las listas cerradas y de la Ley D´Hont) y a la defensa
de la “unidad indisoluble de la nación española” asistimos a la
aparición en el Estado español de un escenario distópico. El término
distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en
contraposición al término eutopía o utopía, empleado por Tomas Moro para
designar a un lugar o sociedad ideal. Así, distopía sería “ una utopía
negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de
una sociedad ideal”.Las distopías se ubican en ambientes cerrados o
claustrofóbicos enmarcados en sistemas antidemocráticos, donde la élite
gobernante se cree investida del derecho a invadir todos los ámbitos de
la realidad en sus planos físico y virtual e incluso, en nombre de la
sacro-santa seguridad del Estado, a eliminar el principio de
inviolabilidad ( habeas corpus) de las personas, síntomas todos ellos de
una posterior deriva totalitaria del sistema plasmada en la
instauración de la Ley Antiterrorista, la persistencia de la tortura y
la implementación de la Doctrina Aznar, elementos constituyentes de la
llamada “la perfección negativa”, término empleado por el novelista
Martín Amis para designar “la obscena justificación del uso de la
crueldad extrema, masiva y premeditada por un supuesto Estado ideal”.
La
deriva totalitaria del Estado español estaría amparado por la “espiral
del silencio” de los medios de comunicación de masas del establishment
(PRISA, Vocento, Grupo Planeta, Grupo Godó, Grupo Zeta, Editorial Prensa
Ibérica, Unidad Editorial, TVE y Mediaset España), teoría formulada por
la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral
del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977) que
simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la
censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes
de un solo signo”, (todo el entorno abertzale es ETA),
con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de
retroalimentación positiva. Sin embargo,la teórica política
judío-alemana Hannah Arendt en su libro “Eichmann en Jerusalén”,
subtitulado “Un informe sobre la banalidad del mal”, nos ayudó a
comprender las razones de la renuncia del individuo a su capacidad
crítica (libertad) al tiempo que nos alerta de la necesidad de estar
siempre vigilante ante la previsible repetición de la “banalización de
la maldad” por parte de los gobernantes de cualquier sistema político,
incluida la sui-genéris democracia española, pues según Maximiliano
Korstanje “el miedo y no la banalidad del mal, hace que el hombre
renuncie a su voluntad crítica pero es importante no perder de vista que
en ese acto el sujeto sigue siendo éticamente responsable de su
renuncia” .
¿Hacia un régimen autocrático en España?
Tras
la formación de un nuevo Gobierno en minoría de Rajoy que contará con
la colaboración directa de Ciudadanos y la abstención estratégica del
PSOE, asistiremos a la escenificación de la metamorfosis del Régimen del
78 mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente
que implementará un Estado monárquico, jacobino y eurocéntrico,
siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada
cambie”) y a la instauración de un Régimen autocrático.
La
autocracia, del griego autos (por sí mismo) y kratos (poder o
gobierno), sería la forma de Gobierno ejercida por una sola persona con
un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito endógeno de otros
sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal), que
partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante
elecciones libres , llegado al poder se metamorfosea en líder
Presidencialista con claros tintes autocráticos (inflexible, centralista
y autoritario).
Los
sistemas autocráticos (gobiernos de facto), serían pues una especie de
dictaduras invisibles sustentados en sólidas estrategias de cohesión
(manipulación de masas) y represión social ( promulgación de
Decretos-Leyes que rozarían la constitucionalidad pero que quedarán
revestidos por el barniz democratizador del Tribunal Constitucional de
turno (Ley Mordaza).Además, asistiremos a la modificación de la actual
Ley de Huelga a petición de la CEOE y una nueva y agresiva reforma del
Código Penal, con el objetivo inequívoco de hacer realidad la frase de
Fraga en su etapa de Ministro de la Gobernación del régimen franquista
(“La calle es mía”) y en el paroxismo de la lógica distópica, se
procederá a la implementación de la “Doctrina Aznar”.
Dicha doctrina tendría como ejes
principales la culminación de la “derrota institucional de ETA para
impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno
que le permita sobrevivir a su derrota operativa” y el mantenimiento de
la “unidad indisoluble de España ” y cuyo primer paradigma sería el
“affaire Alsasua”. Posteriormente, asistiremos al incremento de la
censura en Internet tras el cierre anunciado de Ahotsa.info, (medio
digital refractario al mensaje mediático del establishment
tardofranquista), al finiquito de la representación institucional
lograda por EH Bildu en base al apoyo popular y a la prohibición de la
celebración del referéndum sobre la independencia en Cataluña, medidas
que conllevarán el final de la más larga experiencia seudodemocrática de
la historia del Estado española (35 años).
En
consecuencia, la utopía deberá esperar a que un determinado número de
personas (Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada , momento en
que el individuo es capaz ya de realizar un salto evolutivo y lograr un
cambio de mentalidad , tesis conocida como “Teoría del Centésimo Mono” y
citada por el biólogo Lyan Watson en su obra “Lifetide” (1.979) ,por lo
que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia
colectiva en el Estado español. Dicho proceso tendrá como efectos
benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio (
el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del
corazón, sedado y oprimido por la tiranía del actual sistema dominante,
neoliberal y constrictor de las libertades democráticas. Así, tras un un
parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo,
asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como
generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit
democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que
terminará por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica
(consumismo compulsivo) , finiquitar las estructuras del obsoleto
Régimen del 78 y proceder a la instauración de la III República en el
horizonte del 2020.
Autor: Germán Gorraiz López
Fuente: burgosdijital.net
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