La transmisión del pensamiento dominante


Son los grandes monopolios multinacionales de los medios de comunicación quienes configuran fundamentalmente el pensamiento único que teje las mentalidades colectivas hoy en día, y que la ciudadanía asimila progresivamente, con mayor o menor énfasis en cada caso. Si el Ministerio de Educación les pusiera deberes de obligado cumplimiento a los medios de comunicación, para que contribuyeran a la tarea de educar en los valores proclamados en los derechos humanos y en la Constitución, estos monopolios pondrían en marcha todos sus equipos de abogados para demandar al Estado y defenderían su libertad de expresión

   Enrique Javier Díez  y  Agustín Moreno


Porque en efecto, tal como acaban de ilustrarnos en la cita de entradilla (de dos grandes expertos en educación), los medios de comunicación dominantes únicamente defienden "su" libertad de expresión, ignorando la de los demás. La prueba más palpable y evidente es que ninguno de los artículos que publicamos, por ejemplo, en este mismo Blog, sería publicado en ningún medio de los que recogemos en la imagen de entradilla. Bien, una vez hecho en el artículo anterior de la serie un análisis previo sobre quién controla los medios de comunicación a nivel global, y siguiendo el mismo artículo de referencia, no menos interesante sería saber quién controla los más poderosos medios de comunicación en nuestro país, tales como Grupo PRISA, Grupo Planeta, Mediaset, Vocento, etc. Uno de los periodistas y escritores que con mayor profundidad ha investigado sobre los medios de comunicación en nuestro país es Pascual Serrano, y a su obra completa remitimos a nuestros lectores y lectoras. Gracias a su incansable labor de investigación conocemos hoy día gran parte de la trama que se encuentra detrás de nuestros medios de comunicación dominantes. Quizá una de las infografías más completas que nos muestran todas las dependencias mediáticas en nuestro país se encuentra en esta página del sitio "Yo me tiro al monte", cuyo examen pormenorizado recomendamos igualmente a nuestros/as lectores/as. 

Varias conclusiones podemos obtener, además de conocer los grandes grupos empresariales que se encuentran detrás de los diferentes medios que nos "informan" cada día de lo que ocurre. En España, los grandes holdings de la información en la mayoría de los casos están controlados por el sector bancario (a ellos nos referiremos con más detalle en la próxima entrega), multinacionales y empresas constructoras (muchas de las cuales están involucradas en tramas de corrupción). También controlan nuestros medios grandes aristócratas, la Conferencia Episcopal y el Opus Dei. Por tanto, la ideología de derechas (en muchos casos de ultraderecha), la visión neoliberal y el pensamiento dominante están garantizados por la difusión de todos estos medios. Y así, como en los tiempos de la dictadura franquista (aunque ahora vivamos en una sociedad con un barniz democrático), la aristocracia, la burguesía y el clero actúan unidos para imponer en la sociedad su discurso, su doctrina, y una visión del mundo ajustada a sus intereses, y a los de sus empresas. Hoy día, prácticamente, el panorama mediático es bien claro: la hegemonía de los medios de comunicación pertenecientes a la burguesía, la banca o la Iglesia es aplastante. Y luego tenemos a los medios alternativos, una referencia de los cuales estoy proporcionando a los lectores de este Blog en la sección "Blogs y medios alternativos" del margen derecho de la página, que voy cambiando cada cierto tiempo para actualizarlos y completarlos. Los medios alternativos no poseen normalmente versión impresa, se publican en Internet (el llamado "Quinto Poder"), no tienen a grandes dueños ni accionistas detrás, y sus medios de financiación en muchos casos proceden de campañas de crowfunding, o donaciones populares de los/as subscriptores/as. Es un periodismo absolutamente distinto. 

A tenor de toda esta información, no es difícil concluir que la información recibida a través de los medios, ya sea en España o en cualquier otro país, está siendo tratada con un sesgo que obedece a los intereses de los grupos empresariales que están detrás, y que por tanto, no podemos pedirle pluralidad, veracidad ni objetividad. Necesitan, para mantener sus poltronas de poder, controlar a la opinión pública de forma concreta, y en su provecho. Como nos cuenta Germán Gorraiz en este otro artículo, Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de los pioneros en el estudio de la psicología de masas (de ahí que esta serie de artículos se esté publicando en la categoría "Psicología" en vez de en la categoría "Política" del Blog), escribió en su libro "Propaganda" (1928) lo siguiente: "La manipulación deliberada e inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un elemento importante en las sociedades democráticas. Aquéllos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder dirigente de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes están amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres de los que nunca hemos oído hablar". Y en otro de sus libros, titulado "Cristalizando la opinión pública", desentraña los mecanismos cerebrales del grupo, y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según sus palabras, "la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos, tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir, su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía. Este es uno de los principios más firmemente establecidos por la psicología de masas". 

Según esto, toda esa propaganda del establishment será dirigida no al sujeto individual, sino al grupo social en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye e identifica plenamente. De esta forma, la mente pensante es global, y por tanto, mucho más fácil de manipular. Y por su parte, el estadounidense Harold Lasswell, otro de los estudiosos de las técnicas de propaganda, ya hablaba en sus libros de "inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio, y que permita conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia". Cualquier parecido con la realidad es...pura realidad. Debido al terrible efecto producido, se va anulando poco a poco la conciencia crítica de las masas, que queda poco más o menos bajo un encefalograma plano, atacada por una práctica periodística obscena y repugnante, y peligrosamente carente de objetividad en sus editoriales, campañas y artículos de opinión. Se impone en la mayoría de los casos la fiel servidumbre a los poderes fácticos que controlan los medios (como ese "cuarto poder" de la democracia), y la sumisión a los dictados de los intereses de los dueños y accionistas de los medios, por encima de los valores y códigos deontológicos de la profesión periodística. Hoy día, podemos concluir que la inmensa mayoría de los y las periodistas que vemos y oímos no actúan desde la libertad, sino como mera correa de transmisión de los postulados del pensamiento dominante. Con eso se consigue que éste se convierta en mayoritario, aceptado globalmente, asumido sin complejos y con normalidad, arrasando cualquier pensamiento alternativo. 

Germán Gorráiz, miembro de ATTAC Navarra, lo ha expresado en los siguientes términos: "El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utiliza pues la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable". Otro estudioso del asunto fue el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, quien en su libro "El Hombre Unidimensional" (1964), explica que "la función básica de los medios es desarrollar pseudonecesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política". La gran tarea para poder desbancar al pensamiento dominante, por tanto, y a la luz de todo este viciado panorama, es inocular la semilla del alternativismo, del inconformismo, de la rebeldía, de la reflexión, del pensamiento individual además del social, de levantar nuestra capacidad crítica, de replantearnos la información que nos cuentan, por qué nos la cuentan, cuáles son los intereses que subyacen a ella, cuáles son los objetivos que persiguen...en una palabra, crear fisuras al pensamiento dominante, romperlo y rasgarlo, debilitarlo, construir alternativas, difundir los oscuros intereses que los mueven, y construir una sociedad donde todas las ideas tengan igualdad de oportunidades para poder expresarse y conocerse. Esa es la meta. Continuaremos en siguientes entregas.

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